CAP II Y SUS MINISTRO MAGNÍFICOS.
Aprovechando este sigiloso asueto de carnaval, profusamente promocionado por el Gobierno, a la manera de una necesaria diversión del Pueblo, en medio de las esperanzas de la mas cara de las consignas de hoy, la CONQUISTA DEL BUEN VIVIR PARA TODOS, nos remontamos a los primeros días del mas que contradictorio cuan agitado quinquenio del inefable caudillo Carlos Andrés Pérez, a partir del 02 de febrero de 1989, quien en medio de las procelosas actividades de su segunda coronación como primer magistrado de la Nación, hizo que su Ministro de Educación, enviara a través de la Zonas Educativas una Circular Normativa de estricto cumplimiento que fuera recibida con asombrosa expectativa por los directivos de planteles a lo largo y ancho del País. Se trataba de la suspensión precisamente del período de carnestolendas, no iba a haber vacaciones ni el lunes ni el martes de esa semana y el Miércoles de Ceniza, también sería laborable. Casi como adelantándose a los sucesos del 27 de febrero, con su sangrienta secuela de muertos y heridos, los alumnos de los liceos y escuelas se lanzaron en una sorda protesta húmeda, con un inusitado y descontrolado juego con agua y “sustancias nocivas” como se solía expresar en los medios de comunicación, que de todas maneras obligo al cese de actividades docentes, tal como era la ancestral costumbre de los venezolanos. No mas pasada esta contradictoria etapa, cuando en la última semana de febrero de ese año, Caracas la del llamado a “Seguid el ejemplo…” de nuestro Himno nacional, se tiño de un trágico rojo sangre de sus conciudadanos hastiados de tanta burla, ludibrio y befa, provenientes de unos gobernantes enloquecidos por la tenebrosa danza de la corrupción en medio de una medidas neoliberales, recetadas desde el exterior y cumplidas ciegamente por un mas que ensoberbecido traficante y payaso de las cúpulas de la oligarquía criolla, que raudas y veloces se lanzaron a la presa, ávidas del latrocinio en todas sus formas.
De esas aciagas horas nos remontamos a la atónita presencia y figura del Ministro del Interior, Alejandro Izaguirre burlonamente ataviado con su alias de “El policía Izaguirre…”, en las pantallas de los medios televisivos, con frases entrecortadas balbuceando la frase de :”no puedo…no puedo…” Posteriormente se sabría que, todo se debió a un repentino ataque de asfixia por su contumaz vicio del tabaquismo, que lo llevara años mas tarde a la tumba y no a un comprensible shock de arrepentimiento ante la descomunal tragedia protagonizada por las órdenes de disparar sin averiguar, tan propia de los adecos en su ejercicio del poder.
EN GUAYANA, EL DESARROLLO DE LA CVG CONVIRTIÓ TODO EN UN NEGOCIO SUCIO.
En el estado Bolívar, sobre todo en estos últimos años y en boca de los áulicos voceros de la oposición, que sueñan con un retorno feliz a sus tiempos dorados cuando reinaba el mal denominado Zar de Guayana, se nos quiere hacer ver que el ejercicio gubernamental del Ingeniero Leopoldo Sucre Figarella, fue un dechado de virtudes y pulcra administración del erario público. Algunos de esos payasos de la cuarta, llegan al extremo de plantear la necesidad de erigirle una estatua al prohombre de las empresas básicas. Pues bien, echando mano a unas horas de ocio, cae en mis manos un libro publicado por “Ediciones Los Heraldos Negros” en el año de 1994, escrito por el periodista de origen chileno Pedro Miranda, aventado hacia nuestras tierras a partir del derrocamiento del Presidente Mártir, Salvador Allende en 1973 y del cual vamos a transcribir unas parrafadas que, retratan a cuerpo entero las andadas de aquellos siniestros personajes que cubiertos de un falso ropaje de honestos gerentes, cometieron toda suerte de trapacerías y pillerías en desmedro de los presupuestos confiados a su manejo. Veamos.
PEDRO MIRANDA. El derrumbe de un caudillo. Mistificaciones y verdades. VENEZUELA EN CRISIS.- “Ediciones Los heraldos Negros”. 1994 (Páginas 52 y siguientes.)
“El Informe Espinoza no sería el único. De manera permanente y sistemática un reconocido exfuncionarios de la CVG, que actuó con eficiencia en el área contable y de contraloría, Manuel Antonio Zurita, intentando impedir actos de depredación en las operaciones que se realizaban en las diferentes empresas del grupo de Guayana, mantuvo un permanente flujo de denuncias en el diario de la Cadena Capriles, <El Mundo>. En cada artículo suyo quedaban al desnudo operaciones comerciales millonarias cuestionables que caracterizaban a la administración del Ing. Leopoldo Sucre Figarella, ajenas a toda norma de correcta administración de la cosa pública. A la vez que los sobreprecios y otros métodos para el enriquecimiento ilícito permitía generosa forma de acumulación. Las cuentas corrientes bancarias, generalmente <brujas>, de altos ejecutivos favoritos de empresas del grupo Guayana se engordaban al amparo del <secreto bancario> en los discretos paraísos isleños del caribe. En tanto, incomprensiblemente ninguno de los gobernantes acción democratistas de turno –Lusinchi y Pérez- adoptaron medida alguna para impedir la desenfrenada corrupción que era evidente en cada empresa de la Corporación de Guayana.
El 7 de junio de 1990 el diputado por el estado Bolívar, Jorge Martínez (1), de la filas del partido Acción Democrática en el que también milita el Zar de Guayana, en un documento de graves señalamientos dirigido al entonces presidente de la Comisión Permanente de Contraloría de la Cámara de Diputados, Dr. Douglas Dáger <<solicitaba una exhaustiva investigación a fin de determinar la gravedad de las presuntas irregularidades administrativas detectadas en la CVG, sus empresas tuteladas y el grado de responsabilidad del Ministro de Estado, Ing. Leopoldo Sucre Figarella, su Presidente.
<<Sobre esta situación irregular –agregaba- existen informes emanados de la Contraloría general de la nación y de una Comisión espacial del Congreso de la República que presidió el senador Wolgang Larrazabal Ugueto, donde se detectaron suficientes irregularidades administrativas y de abuso de poder que conllevaría a la aplicación de sanciones penales para los culpables>>, de existir voluntad política para ello.
En razón de lo que se exponía someramente el Diputado Martínez, adicionalmente solicitaba a la Comisión que investigara los bienes de las personas y funcionarios que señaló, con nombres y apellidos, sin que ninguna de las denuncias fueran desmentidas por los treinta y un sindicados.
Al referirse a los principales acusados (11), pormenoriza la posición de cada cual señalándolos de testaferros del ministro Sucre Figarella, con cargos concretos a cada uno:
*Leopoldo Sucre Ortega, hijo del Ministro y Director de la Empresa de éste OCOIDESA, que tiene contratos con EDELCA, VENALUM y otras empresas de la CVG, así también como contratos con el ministerio de sanidad, cuyo titular Dr. Manuel Adrianza, suegro de Leopoldo Sucre Ortega; contratos con el Ministerio de Agricultura, sobrepasando el monto de los mil millones de bolívares.
*Euclides Miranda, socio de Sucre Figarella en la empresa “Sucre y Jaime”, ahora denominada CASEJA. Jaime por su parte fue Director de Finanzas del desaparecido MOP. Actualmente tiene el contrato de la construcción de la carretera Ciudad Bolívar-Puerto Ayacucho (Troncal 19), que lleva mas de 19 años en construcción.
*Raúl Andrés Leoni Fernández (hijo del expresidente Raúl Leoni) socio testaferro con contratos en BAUXIVEN. Recibe permanentemente un cupo de aluminio en cantidades variables, no menores de 500 toneladas trimestrales, como financiamiento a la Familia Leoni de por vida.
*Aníbal y Manuel Morgado, hermanos de origen portugués y testaferros fuertes del Ministro Sucre Figarella, en la construcción de obras de gran envergadura.
*Mercedes Fernández de Benedetti, hermana de Menca de Leoni , testaferra junto con su esposo en negocios de licores y fábricas de hielo.
Sofía Fernández de Lezama, hermana de Menca de Leoni, socia testaferra. Está involucrada con la estafa de doscientos cincuenta millones (250) de US $ a la Nación en operaciones con RECADI. Responsable de la quiebra de la Empresa ILAYOSA, de pasteurización de leche en Upata.
*Heberto Urdaneta, socio testaferro. Fue Presidente del Fondo de Inversiones de Venezuela en el momento de la estafa a INTERALUMINA y Director de CVG. Fue denunciado por el Grupo Zulia por contrataciones con el Fondo de Inversiones de Venezuela, para consolidar el monopolio de la sal común.
Juan Otaola Paván (a) Juancho Otaola, ingeniero testaferro de Sucre Figarella. Propietario del Consorcio La Llovizna, constructora de la Represa de Macagua. También fue Ministro del Ambiente, desde donde se auto-otorgaba contratos para la deforestación de áreas inundables en las represas en construcción, Formó una empresa mixta con el empresario árabe J. Gaspard y el Ministerio de la Defensa (mediante un Decreto vigente desde el Gobierno de Raúl Leoni -1964/1969) para la explotación irracional de extensas áreas de la Reserva Forestal de Imataca en los Municipios Piar, Roscio, Sifontes, El Callao y Gran Sabana del Estado Bolívar, madera ésta que contrabandeaban hacia el exterior por Margarita y el Puerto de Guanta-Anzoátegui, en forma ilegal ya que lo hacían en “rolas” totalmente prohibido.
*Pedro Battistini, socio testaferro. Exgobernador del Estado Bolívar y responsable del fraude con la llamada Loteria de Guayana.
*Américo Gómez, socio testaferro. Miembro del aparato partidista de AD (Lusinchista) Tiene contratos fabulosos con la CVG (a partir de su condición de jefe del Comité de Licitaciones de CVG/ALCASA) por si fuera poco maneja el contrato de venta de aceites de lubricación industrial para SIDOR ,VENALUM -ALCASA. Fue famoso por la construcción de una estrambótica quinta en una zona exclusiva de Puerto Ordaz, en donde el solo muro de contención de un talud y la cerca de perimetral de concreto costó una millonada.
*Humberto Petricca (conocido constructor italiano, socio de Sucre desde los tiempos del MOP) Dueño del Banco Metropolitano y reciente comprador de la Universidad privada Santa María.
*Manuel Muela Secretario Privado de Sucre Figarella, junto con el que fuera Gobernador del Estado Bolívar, Jesús Álvarez Fernández, falsificaron órdenes de valuación y de compra con la CVG. Se encuentran prófugos. Álvarez Fernández esta vinculado familiarmente tanto con Menca de Leoni como con Sofía Fernández de Lezama, amén de ser usufructuario del famoso Hato Puedpa en El Manteco.
El Diputado Martínez finaliza su solicitud a la Comisión de Contraloría en los siguientes términos :”Existen otros nombres, señor Presidente que, en el curso de las investigaciones irán surgiendo y en esa misma medida saldrá a la luz pública este escandaloso y bochornoso fraude a la Nación…Igualmente, solicito, señor Presidente, que sean investigadas las cuentas bancarias de la Empresas Básicas de Guayana, tanto nacionales como internacionales, en virtud de que hay depósitos a plazo cuyos intereses no son percibidos por las Empresas….”
(1)NOTA DE MULTITEMAS.- Curiosamente este personaje, Jorge Martínez conjuntamente con otros pillastres adecoides, tales como Carlos Lee Guerra, José Rodríguez Estanga, José Felipe Montes, Andrés Guillermo Tovar y otros configuraron un formidable aparato para el robo puro y simple del que se tenga conocimiento de los 40 años de la pretendida democracia representativa, el tristemente célebre GRUPO CHINO y que para esos tiempos sucrefigarelistas, se enfrentaron por el reparto del botín y de allí esta inexplicable denuncia, reseñada por el periodista Miranda en su Libro, en parte transcrito.
(2) NOTA DE MULTITEMAS.- Es bueno refrescar en la memoria de los lectores que, para ese período gubernamental, o sea 89-92, ejercía la Gobernación del Estado Bolívar el señor Andrés Velásquez, venido del mundo sindical sidorista y que en esos momentos encarnaba una esperanza fresca e incólume de nuevo tipo de gobierno y sin embargo fue vox-populi que Andresito, dejándose llevar de la mano de algún asesor subrepticio, propició la increíble entente subterránea, mediante la cual la CVG con la anuencia del Dr. Sucre, cedió unos cuantos burócratas, diestros en la rapiña presupuestaria a cambio de permitir la realización de varias obras, sobre todo de vialidad, en un trueque a todas luces en detrimento del novel gobernador-sindicalista que comenzó a transitar por el tobogán de la desvergüenza que hoy lo mantiene agarradito de las manos de sus indolentes socios de conveniencia, léase MUD.
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