miércoles, 16 de diciembre de 2015

Las cosas fundamentales. Como siempre, no están en la forma!

JM. Rodríguez

En estos días de inmersión analítica post electoral, una lúcida amiga escribía que en todos esos análisis habían “montoncitos de verdad”. Señalaba que el asunto estaba en determinar el elemento en común que se encuentra en cada uno de ellos, pues, sin duda, esos son los fundamentales.

La amiga en referencia los anotó, y yo los interpreté así: enredo con lo económico, vaciamiento de lo ideológico e incrustación en el Estado burgués. Voy a tratar de explicar el por qué de tan ásperos sustantivos, convencido como estoy de que forman parte de un montoncito de verdad.

Enredo con lo económico. Hasta ahora un grupo dominante del Gobierno supone (¿ingenuamente?) que el empresariado puede ser productivo y nacionalista, y les ha dado oxígeno y dólares. Otro grupo gubernamental, con menos peso, llama al pueblo a organizarse en comunas productivas sin que tengan los medios necesarios para que tal cosa ocurra. Tal vez las ven como una economía de subsistencia. Ni unos ni las otras producen, pero, el control del mercado sigue en manos de los primeros.

Vaciamiento de lo ideológico. Es evidente que la población votante esta dividida en tres bloques a los que se les puede asignar gruesamente porcentajes del 40, 30 y 30 de esa población. El primero es el chavismo irreductible. El antichavismo, también irreductible, es el segundo. Los desideologizados que siguen al viento son el último (vean cuantos votos subió la oposición y cuantos bajo el chavismo). El Gobierno y el Partido creyó que con cuñas y regalos podía mantener algo de ese 30%. Sólo Chávez, que era un ventarrón. La demagogia obstruyó el desarrollo de la conciencia.


Incrustación en el Estado. La CRBV dejó intacto el aparato del Estado burgués. El único intento de cambiarlo, en el 2007, se perdió en manos de los burócratas que tenían el control de ese aparato. Pero, él es una superestructura que porta una enfermedad congénita, eruptiva y contagiosa:  burocracia y corrupción. Son tantos los funcionarios que se han contagiado con ella que la revolución está avergonzada.