lunes, 4 de julio de 2011

MULTITEMAS: A PROPÓSITO DE LOS 50 AÑOS DE CIUDAD GUAYANA

ESCRIBE : Miles Useche
  • La piratería historico-geográfica ha disparado incesantemente en contra de la verdad. 
  • La demagogia política ha enmascarado la verdad histórica 
  • De la búsqueda interminable de “El Dorado” por Antonio de Berrio hasta el saltimbanquismo irredento de un alcalde bonchón.

INTRODUCCIÓN.-

A manera de introducción nos permitimos reproducir el epígrafe del Libro de la Licenciada en Historia, Hildelisa Cabello, Historia Regional del Estado Bolívar : “Los relatos de nuestros antepasados nos hablan de inmuebles históricos que desaparecieron y de valiosos documentos que devoraron los incendios provocados por manos devastadoras en los patios de los archivos. En Ciudad Bolívar se cuenta de un alto funcionario que ordenó quemar la insustituible documentación del Archivo Histórico de Guayana para aligerar de papeles infectados los estantes de la Casa de Gobierno, pero un capatáz escondió los documentos porque pensó que más adelante podrían servir para algo. El obrero con su previsión intuitiva, impidió que ardieran cuatrocientos mil folios de Historia venezolana…” José Sánchez Negrón. II Convención de gobernadores de la Región Guayana en Ciudad Guayana al mes de mayo de 1980.


1.- LOS PASOS PRIMIGENIOS.-

Para el historiador y político guayanés del Siglo XX, Manuel Alfredo Rodríguez, la llegada del conquistador español Antonio de Berrio a Cartagena de Indias se fija para el año de 1581, lo hizo en compañía de su esposa e hijo ( Fernando de Berrío y Oruña). El 3 de enero de 1584, Berrío salió rumbo al Meta con 80 soldados, 500 caballos, más herramientas y otras municiones de boca y guerra. Su objetivo central se centra en el hallazgo de una gran laguna grandísima (Berrío dixit) con grandes poblaciones, gente numerosa y gran riqueza de oro y piedras preciosas ; de allí es cuando habla de Manoa como una laguna de agua salada, situada entre los ríos Orinoco y Amazonas (1)

Según el mismo historiador Rodríguez, para 1587 emprende Berrío  su segundo viaje hacia el “sueño dorado” de Guayana, pero tampoco lo cobija la suerte  y a pesar de establecer un asentamiento de 30 bohíos, el cual constituye el primer intento de poblamiento español de la Guayana y al intentar hacerse fuerte con el pasar de la temporada lluviosa, sucede todo lo contrario, pués es asediado por los asaltos y emboscadas de los pueblos originarios que por su ferocidad hacen morder el polvo de la derrota del empecinado conquistador castellano quien se ve obligado a regresar a Cartagena.(2)

A pesar del agotamiento del patrimonio familiar, Berrío echa manos a un préstamo de la Audiencia Española en el Nuevo Mundo, consistente en 4.000 pesos en oro de la cajas reales y con la fianza del  Arzobispo de Bogotá, y arranca  de esa manera su “tercera jornada doradista” el 19 de marzo de 1590; esta vez con otra y no menos extraña fianza, pues además de los 112 soldados de la Corona hispánica, también acompañaban al empedernido conquistador, 42 soldados portugueses, al mando del capitán luso Alvaro Jorge de Oliveira; completaban su expedición indios y negros de servicio, mas  220 caballos de carga y guerra,  todos utilizando  20 canoas y 20 balsas, sosteniéndose con el avío de reses, pescado salado, maíz, bizcochos, harinas, puercos, quesos y otras vituallas…(3)

Para 1595, Antonio de Berrío ha sorteado todo tipo de vicisitudes y después de acampar en los márgenes del Rio Cuchivero, en donde ratifica de los originarios la existencia de oro y de la dichosa Ciudad de Manoa, trata de avanzar lentamente hacia el este; es cuando lo sorprende una abominable  epidemia de rabia : “que mata por igual a hombres y animales. Los hombres morían rabiando y quejándose de hambre aunque hubiesen comido y los perros y los caballos se comían entre sí…” Con tan aciaga experiencia, Berrío se repone a medias, por cuanto a todo lo narrado se agregan los ataques de inequívocas  guerrillas de los feroces originarios de la Tribu de Los Caribes, que llevan al inefable castellano a una salida a lo Hernán Cortes, ordenando la liquidación de todos los caballos como una señal de que no había marcha atrás, antes `por el contrario construye mas canoas y se lanza Orinoco abajo, mandando correos hacia el Gobernador de Margarita, dando una señal del sentido de orientación que tenía el inveterado soldado castellano. Sin fecha comprobable del mismo año de 1595, pero con la posibilidad que fuera el 21 de diciembre, Día de Santo Tomé : “la épica navegación concluyó en la desembocadura del rugiente Caroní y a unos 8 kilómetros de su banda oriental Berríos construyó un fuerte en tierras del Cacique Morequito a quién hizo cristianar como Don Antonio. Allí permaneció 6 meses en espera de auxilio margariteño…”(4)   Ayuda ésta que nunca llegó, convirtiéndose en la PRIMERA REFERENCIA DE UN ASENTAMIENTO POBLACIONAL EN LO QUE ACTUALMENTE OCUPA EL TERRITORIO DE CIUDAD GUAYANA Y MAS CONCRETAMENTE A SAN  FÉLIX.(4)

2.-EL RÍO QUE UNIÓ A DOS POBLACIONES.-

Al contrario del lugar común que nos habla de cómo las corrientes fluviales separan, nos encontramos con el turbulento Río Caroní que a lo largo de la historia ha servido precisamente para unir a sus dos orillas. En los tiempos de la Guerra Independendista, referimos el episodio de la ineluctable Batalla de San Félix en 1817, cuando se cubriera de Gloria el eminente General Manuel Piar, y evidenció  el puente invisible del Caroní para iniciar la gran campaña la cual no pararía hasta la conquista de Los Andes y la liberación de la Nueva Granada, Ecuador, Perú y la fundación de Bolivia, conocida para entonces como el Alto Perú, concretando el sueño del Libertador en aquel premonitorio desvarío de Casacoima, prefigurando absolutamente todo lo que vendría después, hasta el escalamiento del Chimborazo.

Así las cosas, el l2 de febrero de 1952 fue formalmente fundado Puerto Ordáz, el cual para entonces constituía una amplia zona rural- agropecuaria, escasamente poblada y denominada Castillito, un humilde caserío de casas de bahareque y techos de paja y en donde fueron apareciendo algunos signos de cambio con algunas construcciones de madera y zinc, conocidas como barracas, para el alojamiento al personal técnico, obrero y administrativo que prestaba servicios en la Orinoco Mining Company –OMC- y en ese día citado un guayanés, a la sazón miembro de la Junta Militar de Gobierno, usurpadora de los derechos del pueblo, el Teniente Coronel Felipe Llovera Paéz, descubrió el velo de una inusitada cuan moderna ciudad, con un inefable Centro Cívico y tres relucientes urbanizaciones enumeradas como los Campos A-B-C, dando así inicio a lo que a la vuelta de pocos años sería el emporio productivo, constitucionalmente designado como sede de la industria pesada venezolana; pero absolutamente maniatada por los designios de las transnacionales norteamericanas, que a manos llenas, se repartían nuevamente como ancestralmente lo hicieron los conquistadores españoles, el jugoso botín mineral de la rica Guayana (5).

3.-LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA SE INICIO CON UN PASO EN FALSO.-
Con signos inequívocos de cómo  la democracia puntofijista venía férreamente adosada a las maniobras betancouristas que, ya se habían probado en el trienio 1945-1948, de mezclar arbitrariamente algunas conquistas populistas, a la manera de la edulcorada cuan inícua Reforma Agraria, aparatosamente  abierta en el campo de Carabobo y/o la creación de la inoperante Corporación Venezolana del Petróleo, se nos hablaba de una producción sidero-ferrosa  autóctona, pero que sólo existía en la truculenta mente del caudillo guatireño, ya totalmente amansado por los gringos y curado de por vida de cualquier sarampión izquierdoso al estilo de sus propios arrestos veintiocheros. De esa trágica realidad emanamos las imágenes de la inexplicable Fundación de Santo Tomé de Guayana el día 2 de Julio de 1961, en terrenos sanfeliceños del llamado Parque de la Fundación, con dos firmas que se definen per se : Rómulo Betancourt y Leopoldo Sucre Figarella (6).

La literatura de la época nos refiere como hechos de mucha importancia para el Estado Bolívar, tanto la fundación de la Corporación Venezolana de Guayana  como la creación del  Distrito Municipal Caroní,  la primera, a la imagen y semejanza de unos investigadores de la universidad norteamericana de Harvard, los cuales por supuesto nos iban a proporcionar una entelequia que iba a reproducir el modelo inofensivo de plantas extractoras de materias primas  para la exportación ipso facto de las mismas, por supuesto con el “caramelo de goma” de una siderúrgica productora de cabillas, como instrumento de liberación nacional y eso camaradas que me leen, no ha cambiado ni un ápice, aún con los 12 años de Gobierno Revolucionario Chavista, incluso si hablamos del cordón productivo del aluminio, que tampoco pasa de la elaboración del metal primario para la exportación y con una mascarada de producción nacional que no supera la del llamado foil y de los envases para comida. ¿Qué tal?

Con este triste balance, para nada envidiable, nuestra querida urbe arriba a sus primeros cincuenta años con el pomposo nombre de CIUDAD GUAYANA, por cierto por una arbitraria decisión de la Asamblea Legislativa del Estado Bolívar, el 8 de diciembre de 1979, irrespetando los méritos acumulados por San Félix en mas de dos siglos  de existencia, pretendiendo diluir su histórico nombre bajo la denominación de Ciudad Guayana, arrebatándole de esa manera a la procera población, génesis de la gloriosa Batalla Independentista, el carácter de capital del Municipio Caroní. Y, el actual Alcalde a pesar de su extracción popular, se ha prestado para una nueva payasada que deshonra el gentilicio  sanfeliceño al convocar a una grotesca charanga con música vallenata, respetable para los nativos del Valle de Upar colombiano, pero absolutamente irrespetuosa para el sentimiento guayanés, con tanto acervo cultural musical. Así de sencillo.(7)

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

1.- Manuel Alfredo Rodríguez. La Ciudad de la Guayana del Rey. Ediciones Centauro. José Agustín Catalá, Editor. Caracas 1990. Se terminó de imprimir en Talleres Gráficos Avila-Arte en el mes de agosto de 1990.
2.-Ibidem, ob. cit.
3.- Ibidem, ob. Cit.
4.- Hildelisa Cabello Requena. Historia Regional del Estado Bolívar. 2º Edición. CVG-Productos Forestales de Oriente –PROFORCA- Homenaje a los 400 años de la Fundación de Santo Tomé de Guayana (1595-1995) y 35 Años de la Corporación Venezolana de Guayana. (1960-1995). Se terminó de imprimir en octubre de 1996 en las prensas de Italgráfica S.A., Caracas-Venezuela.
5.-Oscar Battaglini. El betancourismo 1945-1948 : rentismo petrolero, populismo y golpe de estado. Monte Avila Editores Latinoamericana. 2.008. Se terminó de imprimir en junio de 2008 en los talleres de la Fundación Imprenta de Cultura, Caracs-Venezuela.
6.- Ovidio Figueroa Salazar. San Félix de Guayana. 250 Años de Historia. Edición mimeografiada como homenaje a la Ciudad de San Félix en el 175 Aniversario de la Batalla Trascendental . San Félix de Guayana, abril de 1992.

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